domingo, 23 de junio de 2019

¿Cómo cubrimos una marcha de mujeres que reclaman por sus derechos?


Quizás sobre lo primero que deberíamos pensar es en que los derechos de las mujeres son derechos humanos. Ir con esta afirmación en la cabeza ya nos predispone la mirada, estar atentas a representar eso.
El pasado 28 de mayo se presentó por octava vez el proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (Ley IVE). Me tocó ir a cubrir la previa, llegue al mediodía, las chicas estaban llegando a congreso, montando los gazebos y poniendo carteles en las rejas del Congreso. Claro que también estaban los antiderechos con sus cruces, rosarios, rezos, arrodillados del lado de Hipólito Yrigoyen, del lado del Senado que rechazó el proyecto de ley del año pasado.
Siempre estas movilizaciones me emocionan, he llegado a llorar en alguna de ellas. Son acontecimientos que nos sensibilizan mucho a las mujeres. Mientras daba vuelta entre las mujeres miraba el Instagram, siempre me gusta ver que están produciendo y subiendo les otres fotografes, sobre todo les que no trabajan en medios hegemónicos. Me da curiosidad ver que ven, que registran, que comunican. También me interesa ver que mira esa mirada militante feminista, que no tiene las limitaciones de tener que cumplir para un trabajo en un medio de comunicación grande, con una línea editorial determinada; sino que lo hacen para visibilizar estos acontecimientos por su convicción y militancia, fundamental para que estos temas hoy se encuentren en agenda. Las valoro y banco profundamente. Ese día me sentí un poco decepcionada, ví que muchas de las fotos se parecían a las fotos de los grandes medios hegemónicos, aquellos que son constantemente criticados por eso. Vi las mismas fotos, el mismo mensaje en un contexto diferente. Vi la misma mirada hegemónica, no representativa. Primero, me molesté; luego reflexioné sobre esto y pensé que uno de los motivos puede ser que así como somos educados con un lenguaje machista, lo mismo somos educados en una mirada machista. La mirada también se educa, se entrena, se adoctrina.

Entonces, aunque no tengo muchos seguidores, me propuse escribir una reflexión en mis redes y subir algunas fotos, intentando buscar deconstruir la mirada machista. Esa mirada que reproduce los estereotipos: jóvenas, lindas, blancas, bellas, flacas, de clase media, heterosexuales, etc.


























“Trato de buscar una mirada con perspectiva de género, que sea inclusiva y que abarque la diversidad. Tratando de pelear contra la mirada machista del estereotipo con la cual venimos formateadas y formateados. Dejemos de fotografiarnos y de fotografiar desde el estereotipo machista que dice que tenemos que ser lindas, flacas, jóvenes, blancas, de clase media y hetero. Es hora de despatriarcar la mirada y creo q es algo que debemos hacer colectivamente. Esta reflexión surge no solo de las fotografías que publican los medios de comunicación, sino también de las que veo que publicamos en las redes sociales. 
No sé cómo, quizás empezando por compartir estas reflexiones. 
#abortolegal #quesealey
(Publicado en mis redes sociales el 29/05/2019)


domingo, 3 de diciembre de 2017

Mega Causa ESMA

Ayer, 28 de noviembre,  me tocó cubrir un acontecimiento histórico, el veredicto Mega Causa ESMA. El tribunal sentenció a cadena perpetua a la mayoría de los 54 genocidas imputados en la causa, lamentablemente estos genocidas no fueron juzgados por los delitos sexuales. Lo novedoso es que fueron condenados los pilotos de la muerte.
Entramos a la sala para hacer fotos, todo muy a las apuradas, te empujaban para que salgas. Yo no veía nada, estaba aturdida, trataba de buscar las caras de Astiz y el Tigre Acosta. El presidente del tribunal nos gritaba: "dije que primeros planos no!", "oficial! así no! retire a los fotógrafos!". En medio de tal quilombo, lo ví, Astiz sentado con una escarapela en la solapa del traje, mirando al frente, con la cara como carcomida por ácido, con unos libros en la falda, miraba como un animal que mira a su presa. En ese momento, sentí que se paraba el tiempo, deje de escuchar los gritos del juez y de sentir los empujones de los colegas que como yo intentaban hacer una foto. Salí del tribunal y me invadió un dolor de cabeza terrible, una sensación física espantosa, estaba cansada, sin energía. Agotada. Llegué a mi casa y luego de un rato me dí cuenta de que todo mi malestar era producto de esa sala con 54 genocidas.
















sábado, 30 de septiembre de 2017

Dónde está Santiago Maldonado?

Ayer conocí a Sergio Maldonado en Amnistia Internacional. Hace dos meses que busca a su hermano desaparecido. Lo que más me impactó fue su mirada triste, no creo haber podido capturar esa tristeza en mis fotos, es por eso que lo escribo. 

Hace poco un colega me preguntó si me ponía nerviosa antes de hacer las notas, me acuerdo que le dije que después de 16 años de profesión pocas notas me ponían nerviosa. Ayer sentí nervios antes de entrevistar a Sergio. 

Y me pregunto: Dónde está Santiago Maldonado?. El 1 de octubre se cumplen dos meses de la desaparición de Santiago. #nuncamas
Foto: Lucía Merle



viernes, 1 de septiembre de 2017

domingo: "Maman"

Mis francos laborales son: domingo y lunes. Por lo tanto los domingos no son los mismos domingos que para el resto de los seres humanos. Porque para mi los domingos son sábados.  La significación social del domingo para mi es diferente. O por lo menos, diferente a la de muchas de las personas que me rodean. Hay que decirlo de una: para la mayoría de las personas el domingo es sinónimo de "bajón". La tardecita del domingo, es la tardecita deprimente de saber que al otro día hay que ir a laburar. No se porqué se produce esta sensación de angustia cuando cae el sol del domingo. Será una combinación de saber que al otro día hay que levantarse temprano para ir a trabajar con una mezcla de los relatos de los partidos de futbol que se escuchan por los bares o por alguna radio de un vecino.


Para mi los dias de la semana tienen colores y el domingo es de color naranja. El color de la calidez, el color del atardecer, esa luz que a todos los fotográfos nos fascina y que nos empeñamos en capturar como si fuese un tesoro. Quizás, el hecho de capturar ese momento de luz, que es como un hilito que se va desvaneciendo, sea un tesoro porque sólo dura unos segundos. Será porque esa luz tiñe los objetos con un aura mágica y todo se vuelve más bello.

Louise Bourgeois.

Volviendo al domingo, les cuento que hoy  fuí a ver la exposición de "Louise Bourgeois: el retorno de lo reprimido" en la Fundación Proa. Por dios! que mirada sobre la mujer y las relaciones de parentesco!. Como decia Bourgeois: "El arte es garantía de cordura".
Me encantó se los recomiendo!. Me pare debajo de las patas de "Maman" (que significa mamá). Esa araña gigante de acero inoxidable, bronce y marmol que mide 9 metros de alto y 10 de ancho, que pesa 20 toneladas. Y me sentí  tan pequeña bajo sus patas. Y tuve esa sensación que define tan bien el curador de la muestra:  "Maman es la representación del poder y la amenaza de su madre: hilar, tejer, dar protección e inspirar temor." Y lo que más me gustó es la interrelación inevitable con el medio ambiente que la rodea. Esta araña gigante esta parada frente al riachuelo, a muy pocas cuadras de la cancha de Boca. Hoy jugaba Boca vs Newells y era rarisimo ver caminar a la hinchada de boca entre sus patas; mientras, como no podía ser de otra forma, caía el atardecer.

Bueno amigos, esto no tiene mucho q ver con el mundial de rugby, pero hasta que llegue ese momento tenía ganas de compartir esto con ustedes. Vayan a ver la muestra.

Entre Freud y un satélite en la estratófera

Después de una clase de dos horas sobre Freud y comprender que todos estamos un poco locos, me tocó cubrir una conferencia de prensa sobre la construcción de un satélite argentino: el SAC-D que será enviado a la estratófera en los próximos dias. (Siiiii, a la estratófera! como decia el ex Presidente Menem). Y pensaba, influida por el razonamiento freudiano, que más loco que una sala repleta de científicos, periodístas y fotógrafos; entre masitas y café?.

En las creencias populares el científico siempre esta representado como alguien loco, quizás porque hablen de cosas tan dificiles como poner un satélite en órbita.

Lo cierto es que el 9 de junio desde California, EEUU, será puesto en órbita este satélite argentino. A mi me da la sensación de que se pone en órbita el ojo "de gran hermano" y nos van a poder mirar a todos con esas cámaras de alta sensibilidad. Ya lo decia Orwell en 1984.


Poner un satélite en órbita para mi es un acto de locura!, algo de tamaña magnitud que ni siquiera puedo imagirnarme. Para aquellos científicos sentados frente a un slide show de la construcción del SAC-D es algo totalmente coherente y racional.
Una maqueta del Satélite argentno SAC-D en la CONAE.

Sobrevivir




Llegamos a las cuatro de la tarde,  era una casa en Monte Chingólo, Lanús.  Cuando pasamos al jardín estaba Leandro, de 28 años, sentado en una silla de ruedas. Enseguida nos dice:"yo vivo en la casa del fondo, pero a esta hora pega mucho el sol y como tiene techo de chapa no se puede estar adentro porque hace mucho calor".

Nos empieza a contar cómo sobrevivió a la balacera que recibió por error de parte de un sicario. Nos muestra todos los balazos que eran de la cintura para abajo: "nos disparaba a las piernas". Llegue a contar siete tiros en su cuerpo: "no se si son todas balas que entraron, algunos deben de ser roces, porque yo sentía como rebotaban en el suelo". Me mostró una bala que estaba entre la piel y las costillas: "la ves?, tocala (insitia), casi sale", me dice. Entonces se paró de la silla y sosteniendose en una pierna,  "la otra pierna la tengo debil, pero sé que voy a volver a caminar", dijo. Se pone de pie, para mostrarme una gran herida que sube desde el abdomen hasta casi el esternón. Era una tremenda cirugía que le habían hecho en el hospital de Lanús en la sala de emergencias, porque una de las balas entro y le atravezo toda la panza rompiendole los intestinos. Debido a eso tiene una sonda para hacer pis y un ano contra natura.

 Es muy impresionante ver como el cuerpo humano sobrevive a pesar de estar destrozado, ver el impulso de la vida que hace que el cuerpo mute, se adapte a su nueva realidad. Llego un momento en que mi cara ya no era disimulable, me sentía mal, muy impresionada. Estaba aturdida. Tenía miedo. Tuve una sensación de vulnerabilidad enorme.  Quería salir de esa casa, no sabía que decir. Solo pensaba: "que espanto", "no entiendo la violencia, nunca voy a entenderla" . En ese momento, una de las cortinas que funcionaba como puerta se corrió por el viento y vi una beba de unos 11 meses acostada en una cama: "Es la hija de mi hermana, que esta con respirador", dijo. El aire se empezó a sentir más pesado y espeso; el calor parecía más fuerte, yo sudaba frío. Ya no escuchaba lo que me contaba Leandro, sólo pensaba como puede ser que pasen estas cosas.

En ese mismo momento, guarde mi cámara y di por terminada la entrevista. Salí de esa casa, sabiendo que lo más probable era que nunca más iba a volver a cruzarme con Leandro y esa beba. Documentar la violencia en la carne humana es una de las cosas más impactantes. No puedo dejar de shockearme ante esas situaciones.

Me subí al auto, que era el móvil que me transportaba de la pesadilla, al despertar. A veces, es muy difícil no involucrarse, no sentir; cuando la realidad es tan dura y tan violenta.

El hombre de la cresta negra

Día de la primavera, llovió sin parar. A las 18 hs. tengo que estar en el Estadio Malvinas Argentinas, prueba d sonido Almafuerte. "Entra por el portón negro, por donde entran los músicos", me dice un señor de seguridad, después de esperar que me autorizaran la entrada al estadio.


Llego a la parte de atrás del escenario. Se abre la puerta de uno de los camarines, sale el hombre de la cresta negra, me mira...sonrie. "Parece estar d buen humor, suerte!", pienso. Con su cresta negra, encorvado, enlutado...con la vida a cuestas pasa al lado mio. Salta al escenario. Se escucha el potente vozarrón del hombre de la cresta. 

Sale del escenario, atraviesa el telón negro. Vuelve a sonreír, con una mueca torcida, dura...como un payaso triste. Sus zapatillas de cuero negras están gastadas, la suela deformada por la pisada, tienen tierra. Me dice: "no tengo la ropa adecuada". El vaso de plástico cuelga de su mano. Hace mucho frío, el baterista le pega y le pega al bombo. Es como una patada en el corazón. Mientras el hombre de la 
cresta negra nos revolotea. Todavía no tiene ganas de hacer la nota. A cada pegada en el parche del baterista, el hombre de la cresta parece lanzarme una mirada. Tiene una mirada fuerte, vidriosa, fría...




Salto una fase, se corto la luz. La prueba de sonido vuelve a empezar. El hombre de la cresta vuelve a saltar al escenario, como un niño que sale a jugar en la plaza. Y de pronto, esa voz erosionada por el cigarrillo y el alcohol, al borde de escupir las entrañas. Un monstruo con piel de cordero. El manager nos da la señal de que todo esta ok, en minutos empezaremos a hacer las fotos.